¿Eo? ¿Hay alguien ahí?
Tengo esto tan desatendido que cualquier día me encuentro ocupas o fantasmas... ¿Será que paso ya de los cómics, de los fanzines? Nope. Pero estoy a miles de kms. de Barcelona, con un trabajo más absorbente y pesao que una actriz de una peli de Woody Allen. Y eso me impide editar el fancinillo -sin mis colegas habituales, ni mis puntos de venta, ni mi reprografía habitual...- Me da tanta penita, que abrir el blogger para colgar cualquier chorrada relacionada con el mundo del R'n'R aquí (y las hay a paletadas cada día) me recuerda a su hermano analógico abandonado. Y no le veo la gracia a sacar un webcomics sin que haya un soporte papel detrás... así que el Tonterías como tal tendrá que esperar al menos un año más. Sí me gustaría sacar al menos un número más, dejarlo en 10 números y aquí paz y después gloria.
¿Pero seguro que no es una crisis de madurez?
Ni hablar del peluquín. La menda sigue haciendo cómics pese a la falta de tiempo y de recursos de los que hablábamos. Como Cretino se cayó hace tiempo -sobrevive en formato digital-, ahora el 100% de mis dibus van a parar al TMEO, así que sigo en los fanzines, ha bajado mi ritmo de producción pero lo sigo etendiendo como algo muy importante para mi salud mental. Es eso o un loquero de pago, y como que no, que estoy en economía de subsistencia.
¿Y a mí qué me cuentas?
Y todo este rollo viene a que esta semana he vuelto a ver el magnífico documental de Guillermo Carandini
"¿Qué significa Underground?", sobre la creación y distribución de fanzines, los personajes que nos dedicamos a esto y nuestras motivaciones. Carandini me contactó allá por el 2008 para formar parte de los personajes del proyecto y no vi impedimento. Al contrario, pensé que a lo mejor servía para que mis familiares, amigos y compañeros de trabajo -centrados, respectivamente, en sobrevivir, la política activa o el heavy metal y la vida académica- entiendiesen mi gran pasión por los cómics. Además, me hacía gracia ver el "detrás de las cámaras" del proceso de creación de un documental. Y estar en el proyecto junto a grandes amigos y admirados dibujantes del Tmeo, Cretino, Malavida, Rantifuso...
Cuando Carandini vino a grabarme por primera vez yo me encontraba en el momento más duro de la redacción de mi tesis doctoral. Con la moral por el suelo, sin perspectivas de futuro... y eso se nota tanto en el documental que casi podría utilizarse como material para terapia psicológica de doctorandos. Cuatro años después puedo decir que acabé la tesis, pero que he tenido que emigrar, y no a una isla del Caribe sino a Québec. Así que el gran problema que tenía en ese momento se resolvió, pero para dejar paso a otros. Así es la vida, no hay beso romántico al final, y si lo hay, luego se casan, viene la rutina, se divorcian y se enchochan de alguien nuevo.
Tras la grabación y postproducción, vino la visualización del documental en 2009, en Les Magdalenes, con todos los fanzineros (ojo de pez, adobo, rantifuso, malavida...) que habían venido a Ficomic en Barcelona. Ése es uno de los momentos más felices que recuerdo, la hermandad que había en ese momento. El otro día casi me pongo a llorar viendo a Samu, Xcar... (a ver si nos vemos pronto, por cierto). Gracias, Carandini, por explicarlo todo tan bien y por darnos ese momento en 2009 y estas sensaciones al volver a verlo. Aunque yo sigo preguntándome si esto puede importar a alguien fuera del frikerío.
Algunas notas:
-Carandini ha dicho que mucha gente estaba preocupada porque lo "sacaran guapo". Yo recuerdo haberme preocupado mucho por caer mal y habérselo dicho. Bah, al final no parezco ni tan repelente.
-Un motivo extra por el que sacaba el tonterías es porque me proporcionaba la sensación de que podía hacer algo -en el sentido de realizar, materializar- en un tiempo razonable y desde el principio al fin. Cuando estás metido en una tesis y pareces Sísifo empujando un pedrolo cuesta arriba, parece que la cosa "más importante" en la que estás metido no tiene fin y es una gran broma. El tonterías me llevaba, máximo, 1 mes de faena y me quedaba satisfecha y sintiéndome capaz (vs. inválida, que es lo que me hacía la tesis en la cabeza).
-Como diría ModernadePueblo, las mechas son taaan 2008!
-Uso y abuso de las instalaciones de mi ex-curro. En ese momento estaba cobrando 400€/mes y pagando un alquiler. No tengo nada más que añadir.
-El dependiente de Arkham es un amor...pero en un momento dice que hacer fanzines es una manera de hacerse el guay sin dinero en Barcelona. Seguro que sí, se me ocurren un par de fanzines "arties" que encajan en la descripción. Pero no se puede aplicar a ninguno de los que salimos en el reportaje. Ninguno "fardamos" de hacer fanzines (ni de ninguna otra cosa, que yo sepa, aunque Samu tenga muy buen pelo y Xcar un apéndice sexual descomunal), ni en nuestra vida de civiles ni en ámbitos comiqueros.
-A los fanzines se nos discrimina y explota en Ficomic, sí, me reitero. Y si una publicación -aunque esté bien editada- no tiene beneficios porque todo se autoinvierte otra vez y nadie cobra, no debería pagar stand, porque técnicamente no es un negocio.
-Yo distinguiría 3 tipos de fanzines comiqueros -porque, sí, hay otros fanzines que tratan de cifi, cine de terror, música o cultura, y son excelentes y adictivos-.
- Estamos -o estábamos- los fotocopia/grapa, que suelen caer sobre la chepa de una sola persona -aficionado o profesional-, o al menos uno sólo se encarga de distribuir y apechugar con los costes. Las motivaciones de éstos -hacer colegas, redes, tener algo para cambiar en los festis, reciclar dibus rechazados por otras publicaciones- son más o menos altruistas, porque de ahí a la gloria hay un trecho.
- En medio, están los fanzines de aficionados de impecable factura. Su edición cuesta dinero, pueden estar subvencionados, y sus autores -normalmente un colectivo- son excelentes ilustradores que en algunos casos aspiran a vivir de su arte. Ganan premios, son conocidos y con suerte pueden seguir en la brecha 10 o 15 años.
- Finalmente está... el TMEO. Con aspecto, formato y edición de revista profesional, sólo una o dos personas viven de su publicación y el resto de los participantes -aficionados o profesionales- desfasamos todo lo que podemos y nos aferramos a no dejar de hacer lo que realmente nos hace felices aunque no podamos vivir de ello. Porque no somos lo bastante buenos para que nos llame El Jueves o porque no tenemos huevos de dejar de hacer lo otro que nos da de comer e intentar dar el salto.
Y eso es todo lo que quería decir. Vean ustedes el documental porque es un pasote, desde los créditos a la música, todo pone la carne de gallina. Y los speeches finales del sr. Peluki y de Fresús son más épicos que la batalla del abismo de Helm.